El Motorwagen, desarrollado por Karl Benz en 1886, fué reconocido oficialmente y patentado como el primer automóvil del mundo, es decir, un vehículo diseñado para ser propulsado por un motor. Un sorprendente ingenio que no era simplemente un carro al que se le había instalado un motor, sino que el motor, chasis, y el tren de tracción constituían la misma unidad integrada, mostrando la sencillez de una tecnología que cambió el mundo. Entre sus curiosas características destacaba: 1 clilindro con rotación horizontal, 984 cm³ de cilindrada, un deposito de combustible y carburador de 1,5 litros. Y para funcionar requería una mezcla de hidrocarburos procedentes del refinado del petróleo (ligroin) que en aquella época se podía comprar en las farmacias. La velocidad era de 16 kilómetros por hora.
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